domingo, 27 de junio de 2021

Más que un curso


Ahora que ya hemos concluido este complicado y atípico curso escolar y, por fin, tengo algo de tiempo para relajarme y reflexionar sobre todo lo que ha dado de sí estos primeros 10 meses en Viena, tengo que reconocer que la experiencia está siendo, por el momento, muy placentera tanto para mi mujer como para mí. Antes de cerrar por vacaciones, me gustaría hacer un pequeño balance de este periodo, en el que también ha habido momentos de bajón, naturalmente, pero que puedo definir como positivo en muchos sentidos.



Aunque todavía seguimos en situación pandémica, ya apenas queda nada de esa tensión y desazón de hace un año, cuando todavía no sabíamos con certeza si podríamos salir de Kuwait, y la incertidumbre era una constante en nuestro día a día. De acuerdo, todavía nos queda para alcanzar la plena normalidad, pero la calma con la que estamos afrontando esta etapa es más que evidente. Y, vacunaciones aparte, esto se debe en gran medida a que nos encontramos en un país donde se nos garantiza una mayor seguridad y bienestar, independientemente del lugar del que venimos.

Y es que una de las cosas que más apreciamos de vivir en Viena es la gran inversión pública que se hace a nivel de calidad de vida y bienestar social. No hay más que darse un par de vueltas por aquí para descubrir que es un sitio hecho para las personas, no para los vehículos, con una gran cantidad de espacios verdes, carriles para bicicletas, zonas peatonales, etc. También es una ciudad inclusiva, abierta y multicultural, donde nunca nos hemos sentido extranjeros. Esto es algo que, tras haber vivido en ciertos países, se valora muchísimo.

"No hay sitio para la discriminación"














La mejora de las condiciones de vida ha ido de la mano de un notable progreso en el terreno laboral, Me gusta la escuela donde trabajo y veo que valoran lo que hago. Como digo, no ha sido un año fácil y menos en el contexto educativo, con varios cambios y contratiempos, pasando de periodos de enseñanza tradicional en persona a otros de aprendizaje a distancia. Pese a todo, desde el departamento de orientación hemos conseguido importantes logros y nuestro ha trabajo ha contribuido a paliar en cierto modo el impacto negativo de las circunstancias actuales en la salud mental de nuestra comunidad.










Pero, como ya sabéis, no todo han sido momentos felices. Aunque aquí los efectos de la pandemia no han sido, por suerte, tan devastadores como en otras partes del mundo, hemos pasado meses en los que el día a día se hacía muy pesado, especialmente durante el invierno, que este año ha durado más de lo habitual. Desde el primero de noviembre, en Austria se cerraron tanto hoteles, como restaurantes, bares, gimnasios, cines, y casi todo local que tuviera que ver con el ocio o la cultura. Las opciones de divertirse quedaron, pues, a salir a hacer senderismo y poco más. Por otro lado, las limitaciones a la hora de organizar encuentros con otras personas, han afectado considerablemente nuestra vida social y apenas hemos podido hacer nuevas amistades más allá de nuestros trabajos. No ha sido hasta mayo cuando por fin pudimos empezar a disfrutar de la Viena real, al menos de parte de ella.

Hemos visto más bosque este año que Robin Hood

En resumen, yo diría que nuestro primer año escolar en Viena no ha sido para nada malo y hemos conseguido afrontar bien las inclemencias asociadas a la pandemia. Llevamos un par de meses bastantes buenos, con la incidencia de casos bajando, las personas vacunadas subiendo, y con cada vez más libertades a la hora de disfrutar de la vida. Eso sí, no nos descuidemos y sigamos teniendo cuidado, aunque sin caer en la paranoia.

Os deseo a todo el mundo que ha estado ahí, leyendo, comentando y apoyando (y también a los que no) un feliz verano. Nosotros nos vamos a España después de dos añitos sin ver a mi familia. Qué ganas tengo ya.

¡Salud, alegría y nos vemos en agosto!

lunes, 21 de junio de 2021

Por la gloria de Hans Krankl


Pese a que perdió su último partido contra Holanda, la selección austríaca empezó esta Eurocopa de fútbol con buen pie, con una victoria, algo que llevaba sin hacer en una competición internacional desde 1990, cuando su delantero centro era un tal Toni Polster. Aquella selección dejó muy buenos recuerdos en la memoria de los aficionados, aunque no tantos como el equipo liderado por el gran Johann "Hans" Krankl en el mundial de 1978, en Argentina. El jugador vienés fue el protagonista de uno de los episodios más míticos del fútbol austríaco, el llamado “milagro de Córdoba”, del que hoy mismo se cumplen 43 años.



Austria había pasado a la segunda fase del torneo tras haber sido primera de su grupo. Había conseguido el logro con dos victorias (una de ellas ante España) y una derrota contra Brasil. A partir de ahí el ritmo decayó y, después de perder contra Holanda e Italia, los austríacos llegaban al último partido sin posibilidades de seguir adelante. Se enfrentaban a la Alemania de Meier, Vogts y Rummenigge en el entonces estadio olímpico de Córdoba, más adelante bautizado como estadio Mario Alberto Kempes, la estrella de aquel mundial. Los alemanes iban ganando por 2 a 0 hasta el minuto 66, cuando empezaría la épica remontada de Austria que en el minuto 87 conseguiría el definitivo 3 a 2. Krankl con dos goles sensacionales goles fue el héroe de aquel partido y pasó a formar parte de la historia del fútbol de su país. Aquí podéis ver un pequeño resumen del partido con los goles y cómo se celebraron esos mágicos instantes.

 


A pesar de que la victoria ante los teutones no evitó la salida de Austria, el resultado fue toda una hazaña y sirvió para que los de Krankl regresaran a casa como si hubieran ganado el mundial. Aquella había sido su primera victoria en un partido oficial contra el que llaman “el hermano mayor”, algo que no ha vuelto a ocurrir desde entonces. La repercusión fue tal que una plaza en Viena fue nombrada Cordobaplatz en honor al histórico partido. Además, una de las calles aledañas lleva el nombre de Edi Finger, el periodista deportivo que locutó la gloriosa gesta.
















El notable papel de Krankl con su selección y la Bota de Oro conseguida tras sus 41 goles con el Rapid de Viena ese mismo año provocaron el interés de clubes como el FC Barcelona, que lo ficharía en la temporada 1978-79. En su primer ejercicio marcaría nada más y nada menos que 29 goles en 30 partidos, lo que le valió para ganar el trofeo Pichichi. Su éxito en España fue efímero y, tras algunas discrepancias con el cuerpo técnico culé, en 1980 volvió al Rapid. Se retiró del fútbol en 1989. Desde entonces su vida ha seguido vinculada al deporte rey entrenando a varios equipos de la liga austríaca y colaborando como tertuliano y comentarista en la televisión. También ha hecho sus pinitos en el mundo de la música con el sobrenombre de Johann K. Su versión en alemán de un éxito de Paul Anka, “Lonely Boy, llegó a alcanzar el segundo lugar en las listas de ventas de Austria en 1985.


La selección austríaca actual está todavía lejos de levantar las mismas pasiones que sus antecesores, pero esperemos que al menos hagan un papel decente y consigan colarse en octavos. Lo sabremos esta misma tarde después de su decisivo partido ante Ucrania, a ver si hay suerte.

Feliz Eurocopa a todos los aficionados al fútbol y paciencia con la Roja, que me parece que nos va a hacer falta.

sábado, 12 de junio de 2021

La emperatriz y los gemelos


A finales del siglo XIX, cuando el imperio de los Habsburgo ya empezaba a dar sus últimos coletazos, el emperador Francisco José aprobó un ambicioso megaproyecto arquitectónico y urbanístico bautizado como el Kaiserforum, un foro que simbolizase la gloria y el esplendor de la corona imperial. Dicho plan no se llegaría nunca a concluir por completo, aunque algunas partes sí que se pudieron inaugurar. Una de ellas es la majestuosa plaza de María Teresa, a la que dedico la entrada de esta semana.



El centro de esta plaza lo ocupa la famosa estatua de la emperatriz María Teresa, cabeza del imperio austríaco entre 1740 y 1780, flanqueada por dos edificios con sendas fachadas prácticamente idénticas: el museo de Historia Natural, al que ya dediqué una entrada, y el museo de Historia del Arte, que también visitamos hace poco.

Museo de Historia del Arte a un lado...

...y museo de Historia Natural al otro
























La estatua de María Teresa fue inaugurada en 1888 y representa a la poderosa dirigente sentada y saludando con un mano mientras que con la otra sostiene un pergamino enrollado. Se trata de la Pragmática Sanción (Pragmatische Sanktion) de 1713, documento que confirmaba su sucesión. Alrededor del pedestal se representan algunas personalidades importantes de la corte y sus principales generales montados a caballo. En la base debajo del trono se pueden encontrar además relieves de figuras históricas como la de Mozart de niño o Joseph Haydn.




Aparte de la colosal estatua central, en la plaza hay otras cuatro esculturas rodeadas por jardines que representan a Tritón, dios de la mitología griega e hijo de Poseidón, cortejando a las Náyades, ninfas acuáticas que vivían en las fuentes y los manantiales.




Por lo visto, la plaza de Maria Teresa acoge uno de los mercados navideños más populares (esperamos poder verlo en las próximas navidades si esta vez el COVID lo permite) y es también escenario de algunas actividades lúdicas y culturales a lo largo del año (el otro día pasamos y había un DJ pinchando).

Tenéis un detallado repaso tanto de la plaza como del monumento a María Teresa en esta entrada (en inglés): https://www.visitingvienna.com/footsteps/maria-theresa-monument/