Pese a que perdió su último partido contra Holanda, la selección austríaca empezó esta
Eurocopa de fútbol con buen pie, con una victoria, algo que llevaba sin hacer en
una competición internacional desde 1990, cuando su delantero centro era un tal Toni
Polster. Aquella selección dejó muy buenos recuerdos en la memoria de los
aficionados, aunque no tantos como el equipo liderado por el gran Johann "Hans" Krankl en el mundial de 1978, en Argentina. El jugador vienés fue el protagonista de uno de los episodios más míticos del fútbol austríaco,
el llamado “milagro de Córdoba”, del que hoy mismo se cumplen 43 años.
Austria había pasado a la segunda fase del torneo tras haber sido primera de su grupo. Había conseguido el logro con dos victorias (una de ellas ante España) y una derrota contra Brasil. A partir de ahí el ritmo decayó y, después de perder contra Holanda e Italia, los austríacos llegaban al último partido sin posibilidades de seguir adelante. Se enfrentaban a la Alemania de Meier, Vogts y Rummenigge en el entonces estadio olímpico de Córdoba, más adelante bautizado como estadio Mario Alberto Kempes, la estrella de aquel mundial. Los alemanes iban ganando por 2 a 0 hasta el minuto 66, cuando empezaría la épica remontada de Austria que en el minuto 87 conseguiría el definitivo 3 a 2. Krankl con dos goles sensacionales goles fue el héroe de aquel partido y pasó a formar parte de la historia del fútbol de su país. Aquí podéis ver un pequeño resumen del partido con los goles y cómo se celebraron esos mágicos instantes.
A pesar de que la victoria ante los teutones no evitó la salida de Austria, el resultado fue toda una hazaña y sirvió para que los de Krankl regresaran a casa como si hubieran ganado el mundial. Aquella había sido su primera victoria en un partido oficial contra el que llaman “el hermano mayor”, algo que no ha vuelto a ocurrir desde entonces. La repercusión fue tal que una plaza en Viena fue nombrada Cordobaplatz en honor al histórico partido. Además, una de las calles aledañas lleva el nombre de Edi Finger, el periodista deportivo que locutó la gloriosa gesta.
El notable papel de Krankl con su selección y la Bota de Oro conseguida tras sus 41 goles con el Rapid de Viena ese mismo año provocaron el interés de clubes como el FC Barcelona, que lo ficharía en la temporada 1978-79. En su primer ejercicio marcaría nada más y nada menos que 29 goles en 30 partidos, lo que le valió para ganar el trofeo Pichichi. Su éxito en España fue efímero y, tras algunas discrepancias con el cuerpo técnico culé, en 1980 volvió al Rapid. Se retiró del fútbol en 1989. Desde entonces su vida ha seguido vinculada al deporte rey entrenando a varios equipos de la liga austríaca y colaborando como tertuliano y comentarista en la televisión. También ha hecho sus pinitos en el mundo de la música con el sobrenombre de Johann K. Su versión en alemán de un éxito de Paul Anka, “Lonely Boy, llegó a alcanzar el segundo lugar en las listas de ventas de Austria en 1985.
La selección austríaca actual está todavía lejos de levantar las mismas pasiones que sus antecesores, pero esperemos que al menos hagan un papel decente y consigan colarse en octavos. Lo sabremos esta misma tarde después de su decisivo partido ante Ucrania, a ver si hay suerte.
Feliz Eurocopa a todos los aficionados al fútbol y paciencia con la Roja, que me parece que nos va a hacer falta.
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