domingo, 27 de septiembre de 2020

Lo que les sale del capullo

 

Situado a poca distancia de la Opera de Viena y el museo Albertina, dentro del complejo del Burggarten, justo detrás del palacio de Hofburg, hay un invernadero que aloja un interesante lugar donde poder desconectar y pasar un rato entre mariposas, polillas y flora tropical. Se trata de la Schmetterlinghaus (literalmente, “Casa de las mariposas”), ideal si os gustan los lepidópteros o, simplemente, queréis probar algo diferente aprovechando que pasáis por esa zona.

 


La mayoría de los ejemplares que residen en el interior de este edificio proceden de países como Tailandia, Costa Rica y otros lugares tropicales, y son criadas en granjas especiales, nunca capturadas de su hábitat natural. La temperatura y el nivel de humedad en el interior está regulada conforme al ambiente en el que viven estos animales. Entre las especies que se pueden encontrar está la morpho, famosa por sus alas azules, la mariposa búho, o la impresionante attacus atlas, la polilla más grande del mundo.


Además de mariposas, la Schmetterlinghaus también acoge plantas exóticas con coloridas flores cuyo néctar constituye la principal fuente de alimentación de estos animales. Es habitual también encontrar platos con frutas distribuidos por el edificio para que las mariposas absorban su jugo.

 

Cada mariposa tiene sus propias preferencias y hábitos, sus lugares predilectos para dejar sus huevos y su ciclo de vida, que se puede extender hasta 9 meses, desde el huevo hasta la fase adulta, en algunas especies.


La inauguración de este mariposario tuvo lugar a finales de los 90 del pasado siglo, pero la existencia del edificio en el que se encuentra, la Palmenhouse o "Casa de las Palmeras" (que no palmeros), se remonta a los tiempos del emperador Franz Joseph I, a finales del siglo XIX. Actualmente, la mayor parte del espacio está ocupado por un elegante café-restaurante.


Hay que decir que el espacio por donde los visitantes pueden transitar no es muy amplio y, ahora que es recomendable dejar cierta distancia de seguridad, menos todavía, por lo que es mejor si vais en un día entre semana, con menos gente. Podéis consultar los horarios y más información en la página web oficial (http://www.schmetterlinghaus.at).


domingo, 20 de septiembre de 2020

Kahlenberg, caminando entre viñedos

Conforme pasan las semanas, los casos de COVID19 en Viena siguen en aumento y, al mismo tiempo, vuelve la preocupación por los eventos organizados a puerta cerrada. Nosotros, por lo pronto, vamos a pasar un poco de conciertos, comidas y demás festejos en el interior hasta que la situación se vuelva a estabilizar un poco (al menos hasta que volvamos a un nivel amarillo de riesgo). Lo que sí seguimos manteniendo son las actividades al aire libre, como el senderismo, algo para lo que Viena y alrededores es un auténtico paraíso. En la página oficial de la ciudad de Viena hay una sección con las rutas por las que se puede transitar e información sobre las mismas. Hoy comentaré la primera de ellas, la de la zona de Kahlenberg.



La colina de Kahlenberg está en el distrito 19 de la ciudad y es fácil acceder ella en transporte público. Para llegar al punto de partida de la ruta, con un recorrido total de 11 kilómetros, hay que bajarse en la última parada del tranvía D, en el barrio de Nußdorf. El camino se hace muy llevadero y sin dificultades, más allá de un par de zonas con un poco más de pendiente. A lo largo de la caminata se pueden encontrar bastantes viñedos. En la mayoría hay alguna tabernilla con mesas en el exterior donde sentarse a tomarse un vinito y disfrutar de unas vistas espectaculares. Este es, sin duda, uno de los principales atractivos de esta ruta.

Entre los principales puntos del recorrido está la torre llamada Stefaniewarte, en honor de la princesa Stefania, a finales del siglo XIX. La pena es que en estos momentos está cerrada. Muy cerca de este lugar, está la iglesia de San Josef, de estilo barroco y, a unos pocos metros, hay un restaurante con una terraza desde la que se ve todo Viena (es posible acceder a la terraza sin tener que consumir nada). Un poco más adelante, ya empezando la bajada, hay un parque de esos de aventuras, con tirolinas y otras atracciones, por si queréis echar el día.

 





 

Por si os interesa el senderismo, estar al día de las rutas y disponer de mapas con todos los detalles de cada una de ellas, os recomiendo la aplicación de CityHikes. Y si queréis un recuerdo, en cada ruta se puede poner un sello en algunos puntos en un documento al efecto que os podéis descargar aquí y que, luego, cuando lo completéis lo podéis intercambiar por insignias en una oficina del ayuntamiento.

Si alguien se apunta a una próxima ruta, que avise y organizamos algo. Es una de las mejores aficiones que existen para desconectar de todo y, además, disfrutar de la naturaleza, animaos.

Un saludo y a cuidarse mucho.


sábado, 12 de septiembre de 2020

De pupitres y mascarillas

Esta pasada semana comenzó en toda Austria la esperada a la par que incierta vuelta al colegio. Empieza un curso académico caracterizado por la puesta en marcha de una serie de dinámicas y rutinas completamente diferentes y a las que tendremos que acostumbrarnos para poder reducir el riesgo de contagio por COVID19. Todo un reto ante el que debemos mantenernos unidos, fuertes y pacientes porque la cosa pinta que irá para largo.

Las medidas del gobierno austriaco en relación a los centros educativos se están implementando en base a un sistema de clasificación basado en cuatro colores (verde, amarillo, naranja y rojo) en función de ciertos criterios, como la incidencia de casos, el número de hospitalizados o la tasa de contagio (R0), para una determinada zona del país. Aquí en Viena estamos, de momento, en un nivel amarillo, que indica un riesgo medio. Dicho color implica el uso de mascarillas en todo el edificio y dentro de las aulas siempre que no se garantice una distancia mínima de un metro entre personas, la práctica de actividades deportivas a poder ser al aire libre, y la limitación de personas visitantes ajenas al centro, siendo las reuniones con los padres a través de videoconferencia siempre que sea posible. En mi colegio también tenemos cuidado a la hora de asignar sitios, tanto en el aula como en el comedor, evitando que los alumnos se cambien de pupitre, para así facilitar el rastreo en el caso de posibles contagios. Los niños y niñas juegan en zonas separadas del recreo que ocupan siguiendo un sistema de rotación en función del curso al que pertenecen. Las reuniones del personal y de equipos las estamos haciendo también virtuales si el número de participantes es demasiado elevado para el espacio disponible, y las aulas se mantienen con las ventanas abiertas para que se ventilen bien.

En esta infografía, sacada de la web de Metropole, se puede ver un resumen del plan a partir del color de cada zona.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En los últimos días, los casos de COVID en Austria están subiendo, llegando a picos que no se veían desde marzo. La situación es especialmente preocupante en Viena, donde no se descarta que se pase a un nivel naranja en los próximos días. Esto supondría un incremento de las restricciones aunque, por el momento, seguiríamos con la enseñanza presencial, reservando las actividades online solo para aquellos grupos de alumnos que tuvieran que mantenerse en situación de cuarentena (esperemos que no) por unos días. La asignatura de Música sí que se vería afectada de verdad, sobre todo en las actividades que impliquen canto, que solo se podrían realizar al aire libre. Las excursiones del colegio se cancelarían, incluso las previstas dentro de Viena.

Fuente del mapa: https://corona-ampel.gv.at/

Protocolos y medidas aparte, las primeras impresiones en mi nuevo lugar de trabajo están siendo positivas en general, aunque todavía estoy en pleno proceso de adaptación, lo que se suma al estrés propio de la situación de pandemia. Me parece una escuela con un buen ambiente profesional y donde, de momento, percibo un clima escolar caracterizado por el respeto y las ganas de aprender de los estudiantes, a los que estos días estoy empezando a conocer. He empezado, junto con la otra orientadora, a hacer sesiones de presentación con cada clase para explicarle quiénes somos y en qué consiste nuestro trabajo aquí. Todavía es temprano para tener una opinión completamente formada, pero me da la sensación de que es el lugar ideal para seguir creciendo profesionalmente y que el cambio va a merecer la pena.

Mi flamante tablón de anuncios, buzón incluido

Por supuesto que este curso escolar va a ser duro y estresante para mucha gente y no podemos negar que todo este despliegue de medidas va a afectar al rendimiento del alumnado. Pero, si todo este esfuerzo se traduce en más garantías de salud y seguridad para toda la comunidad educativa, incluyendo al profesorado y a las familias, bienvenidas sean esas mascarillas, esos botes de gel y esos metros de seguridad. Que sí, que es un incordio dar una clase con media cara cubierta y sin poder ver completamente las expresiones de los estudiantes, pero así son las circunstancias y no nos queda otra que adaptarnos. Es momento de centrarse en lo bueno, en que por lo menos todavía podemos tener clases presenciales (en algunos países, como en Kuwait, no volverán a abrir por completo en un buen tiempo) y disponemos de los medios y recursos necesarios para continuar con una educación a distancia si así hiciera falta. Además, contamos con un equipo dispuesto a dar lo mejor que pueda por el bien de los alumnos y confío en que superaremos los obstáculos que vayan apareciendo.

Muchos ánimos a todos los compañeros y compañeras de la educación, tanto en España como en otros lugares del mundo, que estos días están también iniciando este curso académico. Todo mi apoyo desde Viena y estoy a vuestra disposición si necesitáis algún tipo de recurso o idea para trabajar el aprendizaje socioemocional durante este periodo.