Siguiendo con el repaso de las diferentes rutas para caminar que existen en Viena, hoy dedicaré la entrada a la que recorre uno de los lugares más icónicos de la ciudad: el Prater, famoso por su parque de atracciones y su histórico estadio. Además de ser un sitio ideal para correr, montar en bicicleta y practicar casi cualquier deporte, este parque de 1295 hectáreas incluye un enorme circuito de senderismo, donde desconectar del día a día, al alcance de cualquier residente. Hay partes del camino que son auténticos bosques y en los que, con suerte, se pueden incluso ver algunos animales salvajes, como castores, tejones o incluso cervatillos.
La ruta número 9 empieza y termina justo en la entrada más cercana a la estación de metro de Praterstern y tiene una extensión total de 13 kilómetros. El recorrido es totalmente llano y muy sencillo, con algunos caminos de tierra que se enfangan en los días más húmedos. Como podéis imaginar, hay bastantes puntos con mesas y bancos donde pararse a comer algo y descansar. El tiempo total para completar el itinerario está en torno a las 4 horas yendo a un ritmo tranquilito.
La primera parte del camino empieza recorriendo un pequeño tramo de la Hauptallee, la avenida principal, para luego meterse por un sendero a la derecha, a la altura del monumento al compositor Carl Michael Ziehrer, pasando por la llamada colina de Konstantin al lado de un pequeño estanque hasta llegar a la zona conocida como Jesuitenwiese, o prado de los jesuitas, ya que estos terrenos pertenecieron a esta congregación hasta finales del siglo XVIII. Un poco más adelante hay otra zona de prados llamada Wasserwiese que conecta con el camino de Belvedereallee el cual conduce directamente a la rotonda donde se encuentra el edificio llamado Lusthaus, traducido “casa del placer”, que servía como sala de fiestas y refugio de caza en los tiempos imperiales. Cerca de aquí hay un restaurante llamado Gösser Bierinseldonde se puede poner el sellito para los que los coleccionéis.
Puente de Konstantinsteg, construido en 1873 como parte de la Exposición Universal en Viena |
La Lusthaus, actualmente un café restaurante |
A partir de la Lusthaus, el sendero se introduce en una zona de bosque más espeso que se extiende hasta los confines del Prater, casi conectando con el Danubio. Si nos desviamos hacia una de las salidas en esta área, se puede ver una pagodabudista que hay al lado del río. Volviendo de nuevo a nuestro itinerario, se llega a otro templo religioso, esta vez la pequeña iglesia de Maria Grün, popular lugar de peregrinación sobre todo para la minoría de católicos croatas.
Un
poco más adelante, después de la zona de Ameisweise y sus instalaciones
dedicadas a la equitación, recorremos la orilla del Heustadelwasser, un arroyo
que en su día estaba conectado al Danubio. Esta fue una de las partes que más
me gustaron. Aquí se pueden encontrar varias especies de aves acuáticas. Poco
antes del tramo final, hay una estación del tren de Liliputh, un ferrocarril en miniatura que forma parte del parque de atracciones, el colofón
final de este recorrido, y del que espero poder hablar en alguna entrada futura
(a ser posible cuando vuelvan a abrirlo).
Dadas las circunstancias actuales, sigo diciendo que es todo un privilegio poder estar tan cerca de zonas como el Prater y otros espacios verdes donde caminar y desconectar de las preocupaciones del día a día. He de decir que tras la pequeña racha de días soleados que hemos tenido, el aumento de las horas de luz, y la reciente ligera apertura de espacios, como museos y librerías, estamos un poco mejor de ánimos. Por otro lado, el gobierno austríaco ya ha anunciado que las personas que trabajamos en centros educativos, podremos vacunarnos a partir del lunes que viene. En unos días se supone que me enviarán ya el día y la hora de mi primera dosis, ya iré informando por aquí a ver qué tal.
Un saludo y a seguir “pa´lante”.