jueves, 24 de diciembre de 2020

Feliz resiliencia

 

Estos últimos días tanto mi mujer como yo hemos estado reflexionando sobre la imperiosa necesidad que tenemos los seres humanos de celebrar y mantener nuestras tradiciones, como una manera más de conservar cierto sentido de pertenencia, a la vez que reforzamos nuestra identidad cultural que, en parte, nos ayuda a entender mejor quiénes somos. Si a ello le sumamos la acción de sesgos cognitivos, como el de invencibilidad (“a mí eso no me va a pasar”), o la percepción de que nuestras pequeñas acciones no tienen poder en las consecuencias para los demás, era de esperar que, a pesar de todas las circunstancias actuales y restricciones, este año también habría fiestas y reuniones navideñas, con más o menos modificaciones.

Nosotros hemos optado por no viajar a ningún lado y evitar las reuniones sociales estos días, esperando ocasiones más propicias. Esto no ha mermado para nada nuestro ánimo y seguimos manteniéndonos contentos, sobre todo, por estar en este momento aquí en Viena, una ciudad que, pese a todo, sigue siendo uno de los mejores escenarios para disfrutar la Navidad.




Como estáis viendo en estas fotos, la ciudad se ha vuelto a engalanar con luces y otros adornos, aunque se echa de menos la música y la algarabía propia de estas fechas por las calles. Todavía se respira algunas briznas de normalidad a falta de tan solo 2 días para que el gobierno austriaco vuelva a cerrar las tiendas y otros servicios, implementando un nuevo periodo de confinamiento. Esta vez se extenderá hasta el 18 de enero (para aquellas personas que se hagan el test de antígenos los días 16 y 17 de enero y den negativo), y hasta el 25 para los demás. Se supone que aquellos que muestren una prueba negativa podrán volver a entrar en restaurantes, museos y otros lugares relacionados con el ocio. Es la manera que el gobierno ha ideado para incentivar que los ciudadanos acudan a hacerse esta prueba, ya que en la anterior ocasión el porcentaje de voluntarios no fue el que se esperaba.






 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para cerrar la entrada, nos gustaría dejar en estas líneas nuestros mejores deseos y ánimos para todo el mundo, pero, en especial, a aquellas personas que, por el motivo que sea, no van a poder pasar esta noche cerca de sus familiares y seres queridos. Como ya dije en una entrada anterior, hablando de cómo explicarles a los niños los cambios en estas fechas, recordad que este sacrificio que muchos estáis haciendo va a repercutir de forma positiva en la salud de otras personas. No estáis evitándolas, sino más bien protegiéndolas.

 

Feliz navidad o lo que cada uno tenga el gusto y las ganas de celebrar estos días. Os queremos.

 


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