Continuamos
nuestra ruta en dirección a Dürnstein a través de un itinerario de 17
kilómetros, la etapa más larga en este viaje. Al principio teníamos nuestras
dudas porque el tiempo no acompañaba, pero al final nos animamos y nos pusimos
en camino. A pesar de la distancia, no fue para nada un recorrido duro ya que
la mayor parte del camino transcurre sin apenas cuestas, aunque si que hubo
partes que se nos hicieron algo pesadas y monótonas, más que nada por la niebla
que dificultaba ver algo más que los árboles que bordeaban nuestra senda. De
todas maneras, las gloriosas vistas al final del día, justo antes de llegar a
nuestro destino final, compensaron el esfuerzo.
Los primeros kilómetros desde Weissenkirchen hasta el área de descanso de Weingut Pomassl fueron de subida gradual y relajada, y sin mucha pendiente, entre viñedos y todavía con vistas claras y diáfanas del Danubio. Después de Weingut Pomassl, el camino se adentra en una zona de bosque y continua casi en llano hasta prácticamente Fesslhütte, en la última parte del recorrido.
En Fesslhütte hicimos por fin un alto y entramos en calor tras más de cuatro horas caminando sin interrupción y sin ver a ningún ser humano, aparte de un valiente que hacía el camino contrario en bicicleta de montaña. Aparte del incesante siribiri que no animaba a hacer muchas paradas, tampoco vimos ninguna zona de descanso, con lo que al final completamos la etapa más rápidamente de lo que planeábamos.
Sin duda el mejor tramo del camino fue la parte entre Fesslhütte y Dürnstein. Tras pasar por Starhembergwarte, una torre panorámica desde la que se supone que se pueden observar unas vistas muy buenas (nosotros nos las perdimos por la niebla), comenzamos la bajada final. Antes de llegar a la meta, hicimos un alto para visitar las ruinas del castillo de Dürnstein, en el que estuvo prisionero el rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León. Se cuenta que, en su camino hacia Jerusalén, para luchar en las terceras cruzadas, el rey atravesó Europa Central y fue capturado por el duque de Austria Leopoldo V, que lo acusó de conspiración tras el asesinato de uno de sus primos. Ricardo solo estuvo unos meses prisionero y fue liberado con la ayuda del Papa Celestino III, que consideró que la detención de un cruzado iba contra la ley. En el castillo se pueden encontrar placas que explican la historia de este ilustre rey y personajes históricos de su mismo periodo.
Una vez en Dürnstein, nos dimos un paseo antes de la puesta del sol, disfrutando de sus calles empedradas y edificios de estilo medieval. Su lugar más conocido es la característica torre azul y blanca que se puede divisar desde cada rincón del pueblo, y que era parte de la antigua abadía de Dürnstein. Hoy día este edificio se utiliza como museo y parroquia.
Si queréis encontrar más información sobre esta ruta y descargaros el mapa en el teléfono, lo podéis hacer en este enlace. Seguiré contando cómo fue el final del viaje, desde Dürnstein hasta Krems, en unos días. A cuidarse.
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