A los que vivimos en Centroeuropa y en otras latitudes donde las horas de luz solar son escasas y los inviernos son más largos que un día sin pan, la falta de sol nos afecta, ya no solo en el plano emocional sino también a nivel fisiológico e inmunológico. A estas circunstancias climáticas hay que sumarles también la reducción de las salidas por los sucesivos confinamientos que estamos teniendo por la pandemia. El resultado de este fatídico coctel lo pude comprobar hace unas semanas, cuando me hice un análisis de sangre y me detectaron falta de vitamina D, sustancia asociada a la exposición a los rayos solares. Hablaré en esta entrada de cómo esta carencia influye en nuestro organismo y qué se puede hacer al respecto.
La vitamina D es producida por nuestro cuerpo cuando nuestra piel entra en contacto con la luz del sol. Es una sustancia fundamental para la formación y el fortalecimiento de nuestro sistema óseo ya que interviene en la absorción de calcio. Por tanto, se puede decir que sin suficiente vitamina D existe un mayor riesgo de que nuestros huesos se deterioren y se rompan si somos adultos, o no crezcan apropiadamente en el caso de los niños y adolescentes.
Además de la luz solar, la vitamina D se puede encontrar en alimentos, como los huevos y algunos pescados, como el salmón.
La escasez
de vitamina D afecta, además de a nuestros huesos, a nuestro estado de ánimo,
correlacionando con estados depresivos. Esto se debe a que la vitamina D está
relacionada con la síntesis de la dopamina y la serotonina, dos neurotransmisores
que, cuando nuestro cerebro no los produce a un nivel adecuado, existen más
probabilidades de sufrir una depresión. Incluso también se ha encontrado relación con diagnósticos de esquizofrenia.
Fuente: SportLife |
Como tratamiento, en mi caso me recetaron Oleovit D3, que se administra en gotas. Me dijo la doctora que me tomase 40 gotas a la semana, aunque la dosis puede variar en función de factores como la edad del paciente o su condición médica. Un par de meses antes, estuve probando con unas tabletas de la compañía Tetesept, que también actúan como potenciador de vitamina D.
Por supuesto, como ocurre con cualquier medicamento, también existen contraindicaciones y posibles efectos secundarios asociados a un consumo excesivo, como puede ser la pérdida de apetito, dolores de cabeza, estreñimiento y aumento de los niveles de calcio en la sangre, lo que se puede traducir en un aumento del volumen de orina, debilidad muscular, o arritmias cardíacas.
La mejor medicina: un buen día de solecito |
Tras dos semanas con las gotas, la doctora me ha dicho que puedo detener el tratamiento y que me haga otro análisis después del verano, a ver qué tal. Esperemos que ahora con la mejora del tiempo tenga más oportunidades de salir y recibir por fin la luz del astro rey. Aunque, la verdad, de momento la primavera se resiste a asentarse en nuestra querida Viena.
¿Y vosotros? ¿Qué tal lo lleváis? ¿Consumís vitamina D? ¿Notáis mejoras?
Fuentes:
- La vitamina D, el calcio y la salud de los huesos.
- Oleovit D3- Instrucciones de uso (en alemán).
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