Aunque nacido en Alemania, Ludwig van Beethoven pasó la mayor parte de su vida en Viena, ciudad donde desarrolló su gloriosa y prolífica carrera. Entre sinfonía y sinfonía, el mítico compositor se daba largos paseos por los alrededores en busca de parajes naturales que estimularan su inspiración. Uno de los lugares que solía visitar con frecuencia, sobre todo en verano, era Baden, una localidad famosa por sus balnearios (el nombre se traduce precisamente por “baños”) a tan solo 26 kilómetros de la capital. En este encantador pueblo se pueden encontrar rincones relacionados con el genio de Bonn, incluyendo varias rutas de senderismo que atraviesan los bosques vecinos.
Beethoven residió en diferentes apartamentos durante los periodos veraniegos que pasó en Baden, pero solo una de las estancias se ha mantenido como casa-museo, la Beethovenhaus, donde vivió entre 1821 y 1823. Se dice que fue aquí donde compuso los fragmentos fundamentales de la famosa Novena Sinfonía. De hecho, hay una habitación de la casa dedicada enteramente a esta obra maestra, donde se puede escuchar y analizarla al detalle. También se conservan algunas pertenencias del músico y curiosidades como su historial médico, incidiendo, sobre todo, en la evolución de su sordera, la cual no le impidió seguir componiendo hasta el final de sus días.
En la plaza del ayuntamiento de Baden se encuentra la Kaiserhaus, o casa imperial, que fue la residencia veraniega de los Habsburg en el siglo XIX. Este edificio acoge hasta mayo de este año una interesante exposición sobre Beethoven. A través de las diferentes salas se pueden encontrar algunos objetos personales y varias piezas artísticas relacionadas con su figura. Además, se analiza la influencia del compositor en áreas como la política, el arte, la publicidad o la cultura popular.
Como decía al principio, una de las grandes aficiones de Beethoven era pasear por la naturaleza, completando caminatas kilométricas que podían durar un día entero. Tanto en Baden como en sus alrededores existen diversos itinerarios que supuestamente se corresponden con los recorridos originales que el músico hacía cuando estaba por esa zona. Uno de ellos se adentra en el Kurpark, un precioso parque construido en 1870 y en el que se pueden encontrar algunos edificios históricos, como el casino de Baden, y memoriales como el Templo de Beethoven, inaugurado en 1927 con motivo del centenario de su fallecimiento.
Si después de la visita a Baden os quedáis con ganas de más y os gusta darles caña a las suelas, siempre podéis regresar y continuar siguiendo los pasos de Beethoven a través de alguna otra ruta de senderismo cercana. Una de las más populares es la llamada Rundwanderweg o ruta circular, de unos 26 kilómetros. El itinerario comienza en el Hotel Sacher, fundado por el hijo de Franz Sacher (el creador de la famosa tarta), y pasa por otros lugares interesantes como la llamada Capilla del Cólera, la Antonsgrotte, la cueva de Königshöhle o las ruinas del castillo de Rauheneck, con fantasma incluido. Otro de los puntos clave es el alto de Hoher Lindkogel a unos 834 metros sobre el nivel del mar, la única inclinación notable en este camino.
Debajo adjunto un mapa que combina esta ruta con otra que sale de Bad Voslau también en dirección a Hoher Lindkogel, por si queréis acortar el recorrido un poquito.
Ahora
que se acercan las vacaciones de Semana Santa, si estáis en Viena o en alguna
región cercana, y estáis buscando excursiones para hacer en un día, Baden es,
sin duda, una de mis principales recomendaciones. Además de los lugares
comentados relacionados con Beethoven, hay otros sitios que merecen la pena
como el museo de Arnulf-Rainer, dentro de un antiguo balneario, Doblhoffpark y
su jardín de rosas, o el museo de muñecas y juguetes antiguos, al que espero
dedicarle una entrada aparte en los próximos días (actualizado: aquí tenéis el artículo sobre este sitio).
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario