domingo, 7 de marzo de 2021

Cita con Astra

 

Hoy me he levantado algo nervioso, con ese sentimiento de curiosidad y excitación mezclado con una cierta preocupación por no saber cómo iba a ir este esperado día. Llevaba días rumiando en mi cabeza pensamientos e imágenes asociados a este encuentro, visualizando los detalles que rodearían nuestra primera cita. Minutos antes de la hora señalada las sensaciones en mi cuerpo empezaron a acelerarse: mariposas en el estómago, movimiento de manos y gesticulación excesiva, e incluso esa sequedad de boca tan típica cuando uno está a punto de sumergirse en una situación incierta y desconocida. De pronto la vi, esperándome, justo al lado de un pequeño taburete en el que me había acomodado. Avancé unos pasos tímidamente, sonreí y, sin mediar palabra me remangué y cerré los ojos. En unos segundos recibí un leve pinchazo en mi hombro izquierdo que casí no noté. Astra, de apellido Zeneca, ya estaba dentro de mí.


 


 


 

 

 

 

 

 

 

La dosis que he recibido hoy forma parte de la campaña que el gobierno austríaco empezó el martes pasado para inmunizar al personal de los centros educativos del país, tal y cómo estaba planeado cuando se anunciaron las fases de la vacunación contra el COVID-19 en Austria a finales del año pasado. En la primera fase, que empezó el 27 de diciembre, se vacunaron a las personas mayores de 65 años que viven en residencias para la tercera edad y a los trabajadores de estos centros. En la fase dos, en la que estamos ahora, ya se están poniendo dosis a las personas que pertenecen a determinadas categorías profesionales y que, por las características y circunstancias de su ocupación, están expuestas a un riesgo mayor de contraer el virus. Aquí entrarían no solo el personal docente, sino también policías, trabajadores del transporte público, de la industria alimenticia, de servicios como peluquerías, masajes, etc. y otros grupos considerados de riesgo.

Según el plan inicial, en abril se podría empezar ya a vacunar a cualquier otra persona que voluntariamente lo requiera independientemente de su edad u ocupación. Si no lo habéis hecho ya, podéis hacer el registro previo para solicitar vuestra primera dosis en el siguiente enlace: https://impfservice.wien/impftermin-buchen. Aquí podéis indicar vuestros datos y al grupo de riesgo al que pertenecéis en el caso de que forméis parte de alguno.















Al ritmo que va la campaña de vacunación, es difícil saber si estas fases podrán completarse en los plazos estimados. En este momento, solo el 2,4% de la población austriaca ha recibido las dosis que requieren las vacunas que, de momento, han sido aprobadas. Se espera que este proceso se pueda acelerar en los próximos dos meses. Según ya ha comentado el gobierno en varias ocasiones, la meta es que para este verano ya se haya vuelto a una cierta normalidad.

En este momento es difícil hacer una predicción clara y los datos actuales no llaman demasiado al optimismo por estas tierras. Tras una bajada de los casos que propició una nueva relajación de las medidas de seguridad, llevamos ya un par de semanas con el número de contagiados diarios en torno a los 2000 y la curva sigue empinándose a diario. Los científicos ya vaticinaron en su momento que quizás estemos en el inicio de una tercera ola, lo que choca de frente con los planes de desescalada del gobierno.



Volviendo al pinchazo de hoy, algo que me preocupaba en cierto modo eran los posibles efectos secundarios de la vacuna. En los últimos días había leído testimonios de personas vacunadas que habían sufrido fiebre, dolores de cabeza agudos, vómitos y otras reacciones. Por mi parte, de momento estoy bien y no noto más que un ligero malestar en el punto donde me han pinchado. En cuanto al ánimo, me siento feliz, esperanzado y, sobre todo, muy afortunado de haber podido recibir esta primera dosis. Por desgracia, muchas personas en el mundo se están quedando fuera de estas vacunaciones, lo que es un síntoma más de la enorme desigualdad que todavía existen entre países, con zonas geográficas en las que no se espera comenzar con el proceso hasta, al menos, dentro de dos años. Estamos nosotros como para quejarnos por el tipo de vacuna que podemos o no elegir.

Fuente: www.elordenmundial.com



Esperemos que el proceso de vacunación se acelere de verdad y que cualquier persona pueda acceder sin limitación a la inmunización. Podremos decir que la pandemia se ha acabado cuando las dosis lleguen al último rincón del planeta y se garantice la protección y seguridad de todo ser humano sin ningún tipo de distinción. Hasta entonces, seguiremos dando visibilidad a esta desigualdad.

Por lo demás, vacunas aparte, a pesar de la relativa incertidumbre, seguimos bien y contentos por el inminente comienzo de la primavera. Ya hace días que notamos el aumento de las horas de luz y una tímica subida de las temperaturas. Además, ya tenemos los vuelos reservados para viajar a España este verano, lo que ayuda a mantenerse motivado y positivo.

¡Hasta la próxima!

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