lunes, 6 de junio de 2022

El palacio de los sueños

La emperatriz Elisabeth, más célebremente conocida como Sissi, era, como dicen en mi tierra, un culillo inquieto. Era una gran aficionada a los viajes y apenas paraba en Viena, lo que mosqueaba un poco a su marido, el emperador Franz Joseph. Este, cansado de las constantes idas y venidas de su esposa, decidió construirle un palacete de verano en las afueras de la capital con la esperanza de que Sissi pasase más tiempo cerca de él. Se trataba de la Hermesvilla, llamada así por la estatua del dios Hermes que hay en sus jardines. Hoy día acoge un interesante museo que visitamos hace poquito.


El proyecto de construir la Hermesvilla fue asignado al prestigioso arquitecto Carl von Hasenauer, que diseñó varios de los edificios de la famosa avenida Ringstraße, y que invirtió cinco años de su vida en terminar el encargo de Franz Joseph para Sissi. No fue hasta 1886 cuando la pareja imperial empezó a pasar parte de la primavera y el verano en las estancias del palacete, enclavado en pleno parque natural de Lanzier (que ya repasé en esta entrada), que en aquella época servía como coto de caza de la aristocracia austríaca.


En el interior del museo Hermesvilla se conservan fotografías de algunos miembros de la dinastia de los Habsburgo, objetos personales y varios documentos de valor histórico, al igual que gran parte de los muebles y decoración original de las estancias, donde participaron artistas de renombre como Gustav Klimt.




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tras años de decadencia, con el edificio sufriendo saqueos y prácticamente defenestrado, en el año 1963, el palacio volvió a hacerse popular gracias a una película titulada “El milagro de los sementales blancos”, dirigida por Walt Disney. En este film se cuenta cómo se evacuaron los caballos lipizanos de la escuela de equitación de la capital austríaca durante la Segunda Guerra Mundial, y muchas de sus escenas se rodaron en la Hermesvilla. Al poco tiempo del estreno, empezarón los trabajos de restauración que se prolongaron hasta mediados de la década de los 70 del siglo pasado.







 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Si sentís curiosidad por la figura histórica de Sissi, la Hermesvilla es un sitio que no puede faltar en vuestra lista. Además, la visita se puede acompañar de un buen paseo por el Lainzer Tiergarten. No es fácil llegar si usáis transporte público pero el trayecto os merecerá la pena. ¡Que lo disfrutéis!

Fuentes:

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