sábado, 28 de agosto de 2021

El padre de Bambi

Un poco antes del viaje a España a finales de junio, estuvimos visitando una exposición en el museo MUSA (Wien Museum MUSA) dedicada al escritor y crítico literario Felix Salten. Este autor, representante del movimiento modernista austriaco, cobraría fama cuando Disney llevó a las pantallas una de sus novelas, la archiconocida “Bambi”, aunque su producción se extiende más allá de los cuentos infantiles, como veremos en esta entrada.















Felix Salten nació en 1869 en Budapest, que por aquel entonces formaba parte del Imperio Austrohúngaro aunque, apenas con cuatro semanas de vida, su familia se trasladó a Viena, ciudad en la que comenzaría su carrera literaria. Desde su adolescencia ya le apasionaba escribir poesías y otros escritos, pero no conseguiría publicar nada hasta 1900. En 1923 salió a la luz la obra que pondría su nombre en la historia, Bambi: Eine Lebensgeschichte aus dem Walde (Bambi: Una vida en el bosque). Unos años más tarde, Felix vendió los derechos de su famosa fábula a la productora estadounidense Metro Goldwin Mayer por la pírrica cantidad de 1000 dólares. Posteriormente, estos derechos fueron comprados por Walt Disney, que la llevaría al cine en 1942.















Con la llegada de los nazis al poder y la anexión de Austria al Tercer Reich en 1938, Felix Salten, que era judío, se vio forzado a emigrar a Suiza. Aquí vivió hasta su muerte en 1945. Antes de su exilio, Hitler había ordenado prohibir todos los libros de Salten, incluido Bambi, que fue considerado como una crítica al antisemitismo y al trato que recibían los judíos en aquella época. En la exhibición se pueden ver algunas páginas de los diarios personales del escritor donde narra los acontecimientos previos a su persecución y huida.


Además de historias de animales y poemas, Felix Salten exploró otros géneros como los diarios de viajes, operetas, y guiones cinematográficos. Incluso escribió una novela erótica, Josefine Mutzenbacher oder Die Geschichte einer Wienerischen Dirne von ihr selbst erzählt (en español, "Josephine Mutzenbacher: la vida de una prostituta vienesa contada por ella misma") que también se llevo a la gran pantalla en varias ocasiones.

Por si os interesa, esta exposición continua todavía en el museo MUSA hasta el 19 de septiembre de este año. La entrada al museo es gratuita el primer domingo de cada mes, así que aprovechad.

Aquí os dejo algunos enlaces con algunas fuentes y más información sobre la vida y obra de Felix Salten:

- Artículo de Felix Salten en Wikipedia: https://www.visitingvienna.com/sights/museums/bambi-felix-salten/

- Artículo en Metropol: https://metropole.at/an-insight-into-bambi-author-felix-salten-and-the-discovery-of-viennese-modernism/

- Información de la exposición: https://www.visitingvienna.com/sights/museums/bambi-felix-salten/

 

 


domingo, 22 de agosto de 2021

De casa a casa

 

Después de unas gloriosas e inmejorables vacaciones viajando por España y visitando a mi familia y amigos en Córdoba (algo que no ocurría desde hace 2 años), llegó el momento de regresar a Viena e incorporarse de nuevo al trabajo. Volvimos hace ya un par de semanas, con lo que hemos tenido tiempo suficiente de reajustar nuestros esquemas mentales y mentalizarnos para un nuevo curso escolar por estas tierras. Los primeros días después del retorno están siendo más que llevaderos, en parte porque, a pesar de llevar solo un año, pensamos que ya podemos llamar “casa” a esta ciudad. Me gustaría aprovechar esta primera entrada de esta temporada para reflexionar lo que significa para mí este concepto, entendido como hogar o lugar donde uno se siente cómodo, y las implicaciones que tiene.



Hace poco, en un grupo de Facebook formado por españoles e hispanohablantes residentes en Viena, a raíz de este artículo en el blog de Viena Directo, se debatió este asunto. ¿Qué quiere decir exactamente volver a casa? ¿Es “casa” solo el lugar de origen o nacimiento de una persona, o es algo que va más allá del pasaporte y la familia biológica? Ahí ya comenté que, desde mi punto de vista, la idea de “casa” es algo que se puede extender tanto en el espacio como en el tiempo, y cuya intensidad en términos afectivos puede ir aumentando o decreciendo en función de las circunstancias. Yo, desde que empecé a vivir y trabajar fuera de mi lugar de nacimiento, he intentado crear un espacio susceptible de llamar “casa” en todas partes y, en la mayoría de las ocasiones, lo he conseguido. Esto se puede conectar también con la idea de familia, extensivo también a la gente que te hace sentirte querido y apoyado en un determinado lugar del mundo.

Casas puede haber muchas, pero como el salmorejo de mi madre solo uno. Imbatible.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por lo que respecta a la experiencia en Austria, y en concreto Viena, la integración se me está haciendo más fácil y rápida que en cualquiera de los lugares en los que he estado antes (a excepción de Costa Rica, especialmente por el tema lingüístico). Solo llevamos un año, pero, como digo, ya disfrutamos de cierta sensación de familiaridad y conexión, algo que, aparte del afecto, también podemos relacionar con el concepto de “casa”.

Por otra parte, antes de llegar aquí, cada vez que dejaba España y tenía que volver a tal o cual país, los primeros días se me hacían un poco duros, y me daba algo de pereza comenzar un curso. Esta vez no es así y me siento bastante feliz de regresar. Incluso hay cosas que había echado algo de menos durante las semanas en España, como salir con la bicicleta y disfrutar de los paisajes tan verdes, y otras actividades y rutinas.

















Para que esta “casa” que estamos construyendo pueda consolidarse, es también importante que la situación laboral siga siendo favorable. En mi caso, espero que, tras un curso académico marcado por la incertidumbre y los continuos cambios de formato, este año sirva para seguir afianzándome en mi puesto y lograr algunas metas que no se pudieron alcanzar en gran parte por la situación pandémica. Ya iremos viendo cuando vuelva todo el mundo a la escuela como se va desarrollando la cosa, pero soy optimista (al menos más que hace un año) con respecto a esta temporada.























También espero que, a nivel social, tengamos más oportunidades que el curso pasado y podamos seguir ampliando nuestros círculo de amistades. Quizás el ingrediente que mejor complementaría los cimientos de nuestra casa en Viena, aparte del componente social, sería aprender más alemán, otro de los grandes objetivos que me he propuesto este año. Y, entre trabajo, alemán, deporte (¡la media maratón de Viena está al caer!) y vida social, también quiero, por supuesto, seguir actualizando este blog, que me consta que todavía hay gente por aquí y por allá pendientes de estos escritos.

Nada más, un fuerte abrazo a los que continuáis leyéndome o habéis descubierto este blog ahora mismo, a los que ya lleváis tiempo en Austria, a los recién llegados, y a los que me siguen desde otros países. Feliz comienzo del curso escolar y muchos ánimos con el retorno si todavía estáis en ello.